Célebre renacentista italiano, arquitecto, escultor, pintor, inventor e ingeniero, el hombre del renacimiento por excelencia. Giorgio Vasari nos relata la vida de este genio en su obra Vite. Leonardo nació en Vinci, Italia, antes de que se adoptaran las convenciones de nombres actualmente vigentes en Europa, por lo que a su nombre de pila se añadió el de su padre (Ser Piero) y la localidad de nacimiento. Sin embargo, Leonardo acostumbraba firmar sus trabajos como Leonardo o Io, Leonardo (yo Leonardo), es decir, sin emplear el nombre de su padre, lo que induce a pensar que era hijo ilegítimo.
Su padre, Ser Pero da Vinci, era según fuentes diversas terrateniente, artista o notario, aunque todas coinciden en citarle como hombre pudiente, y su madre una joven campesina llamada Caterina. Se ha sugerido que Caterina fue una esclava de Oriente Medio propiedad de Piero, pero las evidencias que puedan confirmar este extremo son escasas.
Leonardo creció con su padre en Florencia, donde fue aprendiz de pintor, independizándose más tarde.
Entre 1482 y 1499 trabajó para el duque de Milán y mantuvo su propio taller, en el que trabajaban varios aprendices.
Cuando los franceses invadieron la ciudad, retornó a Florencia para entrar como ingeniero y arquitecto al servicio de César Borgia, hijo del papa Alejandro VI. En 1506 volvió a Milán.
Posteriomente pasó tres años (1513-1516) en Roma ciudad en la que trabajaban pintores como Rafael y Miguel Ángel, sin embargo sus contactos con estos artistas fueron escasos.
En 1516 entró al servicio del rey Francisco I de Francia en el Palacio Real Amboisse, donde recibió sepultura tras fallecer, una semana antes de su 67 cumpleaños, en Cloux.
Leonardo, según parece, no mantuvo relaciones íntimas con ninguna mujer a lo largo de su vida. En 1476, fue acusado, junto con otros tres jóvenes, de haber mantenido relaciones homosexuales con un joven modelo de 17 años llamado Jacobo Saltarelli, conocido por su vida licenciosa. Aunque la acusación no prosperó y fueron absueltos por falta de pruebas, los acusados tuvieron que soportar durante un tiempo la vigilancia de los Serenos, una especie de policía anti-vicio renacentista. Leonardo es bien conocido por su obra pictórica, entre la que destacan La Gioconda (actualmente en el museo del Louvre de París) y La última cena. Sin embargo, hasta nuestros días sólo han llegado 70 pinturas y ninguna de sus esculturas.
Leonardo era un pintor compulsivo que a menudo planeaba grandes obras pictóricas para dejarlas, al cabo, sin finalizar. En 1481 se le encargó la decoración del altar La adoración de los Magos. Después de grandes proyectos y numerosos bocetos, la obra fue abandonada sin terminar cuando Leonardo se trasladó a Milán.
Allí invirtió algunos años planeando y realizando modelos de la estatua de un momumental caballo de bronce de 8 metros que iba a alzarse en Milán. A causa de la guerra con Francia, el proyecto nuncá se finalizó. Por iniciativa privada, se construyó en 1999 en Nueva York una estatua construida según sus planos que fue donada a la ciudad de Milán, donde se erigió.
De regreso a Florencia, recibió el encargo para la ejecución de un mural público junto con Miguel Ángel, que fue el elegido para ornar la pared opuesta. Tras realizar una gran variedad de estudios para el proyecto, abandonó la ciudad. Sus detallados estudios de la anatomía, como por ejemplo el Hombre de vitruvio, el mismo que nos acompaña en este viaje a través del conocimiento, son quizá más impresionantes que sus trabajos artísticos, al igual que sorprenden aún sus trabajos sobre ingeniería, los pájaros, el vuelo y otras áreas que suscitaron su insaciable curiosidad.
Sus elucubraciones sobre temas técnicos y científicos eran registrados por Leonardo con minuciosidad y en ellos se combinaba perfectamente el arte con la ciencia para representar de la mejor manera posible la materialización de sus ideas. Sin embargo, con cierto afán críptico, como si no quisiera desvelar del todo sus descubrimientos, Leonardo, que era zurdo, realizaba sus escrituras reflejadas, escribiendo de izquierda a derecha.
En 1502 Leonardo proyectó un puente de 240 m de luz que formaba parte de un proyecto de construcción para el Sultán Bajazet II de Constantinopla. La obra jamás se realizó, sin embargo, en 2001, la idea se resucitó para la construcción de un puente en Noruega basado en el diseño de Leonardo.
Dotado de una aguda capacidad de observación, su aproximación a la ciencia nunca destacó por sus explicaciones teóricas ni por recurrir a experimentos, en cambio, para comprender los fenómenos que le interesaban los describía y dibujada hasta sus últimos detalles, planeando realizar una gran enciclopedia basada en detallados dibujos de todo lo conocido. Sus notas contienen dibujos de numerosas innovaciones como diversas máquinas para volar, un helicóptero, armas de fuego, tanques armados, un submarino y un dispositivo con engranjes que se cree era una máquina para calcular.
El 3 de enero de 1496 ensayó una de sus máquinas para volar sin éxito.
Leonardo nunca publicó o distribuyó los contenidos de sus manuscritos que permanecieron ocultos hasta el siglo XIX cuando pudieron incorporarse sus contribuciones al desarrollo técnico y científico. Por esta razón L. Sprague de Camp le considera no como el primer ingeniero moderno, sino como el último de los ingenieros de la antigüedad, haciendo notar que tras la época de Leonardo se formalizó la publicación de los descubrimientos científicos.
En 1994 Bill Gates adquirió uno de sus manuscritos por 25 millones de dólares.
En 2004 el nombre de Da Vinci, nunca lejos de la opinión pública, recibió un poco mas de atención que la habitual debido a la aparición del libro El código Da Vinci, de Dan Brown, una obra de ficción controvertida por su tratamiento del Opus Dei y en la que la figura de Da Vinci tiene un papel importante.
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