"Apolo o Apolón es un dios en la mitología griega y romana, hijo de Zeus y Leto, y hermano gemelo de Artemisa (diosa de la caza). En épocas posteriores llegó a ser parcialmente confundido o equiparado con Helios, dios del sol, y similarmente su hermana fue equiparada con Selene, diosa de la luna en contextos religiosos. Pero Apolo y Helios/Sol permanecieron como seres bien separados en textos literarios y mitológicos. En la mitología etrusca era conocido como Aplu.
El culto a Apolo es antiquísimo y nació probablemente en el Asia Menor. En Grecia fue, después de Zeus, el dios más venerado: su poder se extendía a todas esferas de la naturaleza y de la vida humana, y aunque podía ejercer influencias nefastas, era por principio un dios protector, que producía el entusiasmo sereno y equilibrado.
Se consideraba que Apolo tenía dominio sobre las plagas, la luz, la curación, los colonos, la medicina, el tiro con arco, la poesía, las profecías, la danza, la razón, el intelectualismo, y era patrón defensor de rebaños y manadas. Apolo tenía un famoso oráculo en Creta y otros también notables en Clarus y Branchidae. Como dios de la curación religiosa, Apolo purificaba a aquellas personas culpables de asesinato u otros pecados graves.
Apolo era conocido como el jefe de las Musas (Musageta) y director de sus coro. Entre sus atributos se contaban: cisnes, lobos, delfines, arcos y flechas, una corona de laurel, la cítara (o lira) y el plectro. El trípode sacrificial es otro de sus atributos, representativo de sus poderes proféticos. Los Juegos Píticos se celebraban en su honor cada cuatro años en Delfos. Los himnos cantados a Apolo recibían el nombre de paeanos.
Como dios de la colonización, Apolo aconsejaba sobre las colonias, especialmente durante la época de mayor apogeo, del 750 al 550 adC. Ayudó a los colonos cretenses o arcadios a encontrar la ciudad de Troya.
Popularmente Apolo (es decir, en crítica literaria) representa la armonía, el orden y la razón, características que contrastaban con las de Dionisio, dios del vino, que popularmente representaba la emoción y el caos. El contraste entre los papeles de estos dioses queda reflejado en los adjetivos apolíneo y dionisíaco. Sin embargo, los griegos pensaban en las dos cualidades como complementarias: los dos dioses son hermanos, y cuando Apolo en el invierno se marchaba a la Hiperbórea dejaba el oráculo de Delfos a Dionisio.
El culto a Apolo fue introducido en Roma, seguramente en época de los Reyes, a través de los griegos de Cumas. Tenía su templo en el Campo de Marte. La mitología romana le hace hijo de Júpiter y Latona, y hermano gemelo de Diana.
Junto con Atenea, Apolo (bajo el nombre de Phevos) ha sido designado mascota de los Juegos Olímpicos de verano de 2004 en Atenas.
Apolo en el arte Detalle de "Apolo y Diana" por Lucas Cranach el Viejo.En el arte se suele representar a Apolo como un hombre joven y guapo, con frecuencia con una lira o un arco en la mano.
Apelativos Entre los epítetos que se aplicaban a Apolo están:
Febo ("brillante") y Liceo ("luminoso"), para Apolo en el contexto de dios del sol o de la luz. Esminteo ("cazador de ratones") y Parnopio ("saltamontes"), como dios de las plagas y defensor contra ratas y langostas. Delfinio ("delfín"), por su asociación con los delfines y también como fuente del topónimo Delfos. Cirreo, por Cirria, localidad cercana de Delfos. Arcageta ("director de la fundación") para las colonias. Musageta ("jefe de las musas"). Pitio ("Pítico") de Delfos. Timbreo por el templo que tenía en Timbra. Apotropeo ("el que aparta el mal"). Ninfageta ("jefe de las ninfas"). Licio ("matador de lobos") y Nomios ("vagabundo"), como el dios pastoral de la ganadería. Clario por el santuario de que tenía en Claros, Jonia. Otras fuentes afirman que este epíteto procede del dórico klaros, "asignación de tierra", por su supervisión sobre las ciudades y las colonias. Cintio era otro epíteto, proveniente de su nacimiento en el monte Cinto de Delos. Loxias ("oblícuo"), específicamente para Apolo como dios de la profecía, por los oráculos tan ambiguos.
Nacimiento Cuando Hera descubrió que Leto estaba embarazada y que su marido, Zeus, era el padre, prohibió que Leto diera a luz en terra firma, o el continente, o cualquier isla del mar. Leto encontró la isla flotante de Delos, que no era el continente ni una isla real, y dio a luz allí. La isla estaba rodeada de cisnes. Como gesto de gratitud, Delos estaba sujeta con cuatro pilares. Más tarde la isla fue santificada a Apolo. Alternativamente, Hera secuestró a Ilitía, la diosa de los partos, para evitar que Leto diese a luz. Los demás dioses obligaron a Hera a dejarla ir. De cualquier forma, primero nació Artemisa y ésta ayudó a nacer a Apolo. Otra versión afirma que Artemisa nació un día antes que Apolo, en la isla de Ortigia, y que ayudó a Leto a cruzar el mar hasta Delos el día siguiente para dar a luz a Apolo.
Juventud Siendo joven, Apolo mató al fiero dragón Pitón, que vivía en Delfos junto a la fuente de Castalia, pues (según algunas versiones) Pitón había intentado violar a Leto cuando ésta estaba embarazada de Apolo y Artemisa. Esta fuente era la que emitía los vapores causantes de que el Oráculo de Delfos hiciese sus profecías. Apolo mató a Pitón pero fue castigado por ello, ya que Pitón era un hijo de Gaia.
Apolo y Admeto Como castigo, Apolo fue desterrado nueve años del Olimpo. Durante este tiempo trabajó como pastor o vaquero para el rey Admeto de Feras en Tesalia. Puesto que Admeto era bueno con Apolo, el dios le prometió que cuando le llegase la hora de morir, permitiría que otro tomase su lugar. Entonces Admeto se enamoró de Alcestis. Sin embargo el padre de ésta, el rey Pelías, sólo le daría su permiso para casarse si Admeto montaba un carro tirado por leones, jabalíes y otros animales salvajes. Apolo ayudó Admeto a superar esta prueba, y la pareja se casó. Cuando a Admeto le llegó la hora de morir, Alcestis decidió morir en su lugar. Heracles intervino y se permitió que ambos siguieran viviendo.
Cuando pasaron los nueve años, Apolo volvió disfrazado de delfín y llevó consigo a sacerdotes cretenses para ayudar a fundar su culto en Delfos. También bendijo a las sacerdotisas del oráculo de Delfos, haciendo de éste uno de los más famosos y certeros de Grecia. Apolo tenía otros oráculos, incluyendo los de Clarus y Branchidae.
Apolo durante la Guerra de Troya Apolo disparó flechas infectadas con la peste en el campamento griego durante la Guerra de Troya.
Cuando Diomedes hirió a Eneas durante la Guerra de Troya, Apolo le rescató. Afrodita, su protectora madre, intentó rescatar a Eneas pero Diomedes la hirió también. Entonces Eneas fue envuelto por una nube creada por Apolo, quien le llevó a Pérgamo, un lugar sagrado de Troya. Artemisa curó allí a Eneas.
Níobe Níobe, una reina de Tebas y esposa de Anfión, alardeó de su superioridad sobre Leto porque había tenido catorce hijos (los Nióbides), siete varones y siete mujeres, mientras Leto había tenido sólo dos. Apolo mató a sus hijos mientras éstos practicaban atletismo, a pesar de sus súplicas, y Artemisa a sus hijas. Apolo y Artemisa usaron flechas envenenadas para matarlos, aunque según algunas versiones algunos de los Nióbides fueron perdonados (normalmente Cloris). Anfión, al ver a sus hijos muertos, se suicidó o fue asesinado por Apolo tras jurar venganza. Una desolada Níobe huyó al monte Sípilo en Asia Menor y se convirtió en piedra mientras lloraba, o se suicidó. Sus lágrimas formaron el río Aqueloo. Zeus había convertido a todos los habitantes de Tebas en piedra, por lo que nadie enterró a los Nióbides hasta el noveno día tras su muerte, cuando los propios dioses les dieron sepultura.
Vida amorosa e hijos de Apolo
Relaciones heterosexuales
Dafne Apolo persiguió a la ninfa Dafne, hija de Ladon. Su encaprichamiento estaba provocado por una flecha dorada que le había disparado Eros, quien estaba celoso porque Apolo había bromeado sobre sus habilidades como arquero. Eros también afirmaba que el canto de Apolo le molestaba. Dafne huía de Apolo porque Eros le había disparado a su vez una flecha con punta de plomo, y rezó al dios río Peneo pidiendo ayuda, y fue transformada en un árbol de laurel, que se consagró a Apolo.
Leucotoe Apolo tuvo una aventura con una princesa mortal llamada Leucotoe, hija de Orcamo y hermana de Clitia. Leucotoe amó a Apolo, quien se había disfrazado como la madre de Leucotoe para lograr acceder a sus aposentos. Clitia, celosa de su hermana porque quería a Apolo para sí, contó a Orcamo la verdad, traicionando las confidencias y la confianza de su hermana. Enfurecido, Orcamo ordenó que Leucotoe fuese enterrada viva. Apolo se negó a perdonar a Clitia por traicionar a su amada, y una afligida Clitia se marchitó y lentamente murió. Apolo la transformó en una planta de incienso, o bien en un heliotropo o girasol, que sigue al sol cada día.
Marpesa Marpesa fue secuestrada por Idas pero también fue amada por Apolo. Zeus la hizo escoger entre ambos.
Castalia Castalia era una ninfa a quien Apolo amaba. Castalia huyó de él y se zambullió en la fuente que había en Delfos al pie de monte Parnaso, que desde entonces se llama fuente de Castalia. El agua de esta fuente era sagrada: se usaba para limpiar los templos de Delfos y también inspiraba a los poetas.
Cirene/Aristeo Apolo tuvo con Cirene un hijo llamado Aristeo, que se convirtió en el dios patrón del ganado, los árboles frutales, la caza, la agricultura y la apicultura. También fue un héroe de la cultura que enseñó a la humanidad las técnicas de la ganadería lechera y el uso de redes y trampas en la caza, así como el cultivo de los olivos.
Hécuba Con Hécuba, la esposa del rey Príamo de Troya, Apolo tuvo un hijo llamado Troilo. Un oráculo profetizó que Troya no sería derrotada siempre que Troilo llegase a cumplir los veinte años de vida. Troilo y su hermana Polixena cayeron en una emboscada y fueron asesinados por Aquiles.
Casandra Apolo también se enamoró de Casandra, hija de Hécuba y Príamo, y hermanastra de Troilo. Apolo prometió a Casandra el don de la profecía para lograr seducirla, pero ella le rechazó después. Enfurecido, Apolo le concedió el don de conocer el futuro pero también la maldición de que nadie la creyera jamás.
Coronis Coronis, hija de Flegias, rey de los Lapitas, fue otra de las amantes de Apolo. Embarazada de Asclepio, Coronis se enamoró de Isquis, hijo de Élato. Un cuervo informó a Apolo de esta aventura, y éste decidió enviar a su hermana Artemisa a matar a Coronis. Apolo rescató sin embargo al bebé y se lo dio al centauro Quirón para que lo criase. Flegias se enfureció e incendió el templo de Apolo en Delfos, por lo que Apolo le mató.
Relaciones homosexuales Apolo, eternamente joven y sin barba, fue el que más amantes masculinos tuvo de todos los dioses griegos, como puede esperarse del que era dios de la palestra, el lugar donde los jóvenes se reunían para practicar atletismo, siempre desnudos. Muchos de los jóvenes amantes de Apolo murieron "accidentalmente", un reflejo de la función de estos mitos como parte de los ritos de pasaje, en los que el joven moría para renacer como un adulto.
Jacinto Jacinto fue uno de sus amantes masculinos. Jacinto era un príncipe espartano, muy guapo y atlético. Ambos estaban practicando el lanzamiento de disco cuando Jacinto fue golpeado por uno, desviado de su trayectoria por Céfiro, que estaba celoso de Apolo y también amaba a Jacinto. Cuando Jacinto murió, Apolo creó la flor a partir de su sangre.
Acanto Uno de sus otros romances fue con Acanto, el espíritu del árbol de acanto. Tras su muerte, fue transformado por Apolo en una hierba amante del sol y su afligida hermana, Acanta, fue convertida en jilguero por los demás dioses.
Cipariso Otro amante masculino fue Cipariso, un descendiente de Heracles. Apolo dio al muchacho un ciervo domesticado como compañero, pero Cipariso lo mató accidentalmente con una jabalina cuando éste yacía dormido entre la maleza. Cipariso pidió a Apolo que hiciera que sus lágrimas cayesen para siempre. Apolo transformó al triste muchacho en un ciprés, del que se dice que es un árbol triste porque su savia forma gotitas como lágrimas en el tronco.
Apolo y el nacimiento de Hermes Hermes nació en el monte Cileno en Arcadia. Esta historia se cuenta en el Himno a Hermes, atribuido dudosamente a Homero. Su madre, Maia, había quedado secretamente embarazada de una aventura amorosa con Zeus. Maia envolvió al infante en mantas pero Hermes escapó cuando ella dormía. Hermes corrió a Tesalia, donde Apolo estaba pastoreando su ganado. El infante Hermes robó varias de sus vacas y las llevó a una cueva en los bosques cercanos a Pilos, borrando sus huellas. En la cueva encontró una tortuga y la mató, vaciando entonces sus entrañas. Usó los intestinos de una de las vacas y el caparazón de la tortuga para hacer la primera lira. Apolo se quejó a Maia de que su hijo había robado su ganado, pero Hermes ya había vuelto a las mantas en las que ella le había dejado, por lo que Maia rehusó creer las afirmaciones de Apolo. Zeus intervino y dijo haber visto los hechos, y secundó a Apolo. Entonces Hermes empezó a tocar música en la lira que había inventado. Apolo, un dios de la música, se enamoró del instrumento y ofreció permitir el intercambio del ganado por la lira. Así, Apolo se convirtió en un maestro de la lira y Hermes inventó un tipo de instrumento musical con flautas llamado siringa.
Más tarde, Apolo cambió un caduceo por una siringa de Hermes.
Otras historias
Concursos musicales
Pan En una ocasión Pan tuvo la audacia de comparar su música con la de Apolo, y de retar a éste, el dios de la lira, a una prueba de habilidad. Tmolo, el dios montaña, fue elegido árbitro. Pan sopló sus flautas, y con su rústica melodía dio gran satisfacción a él mismo y a su ferviente seguidor, Midas, que estaba presente. Entonces Apolo pulsó las cuerdas de su lira. Tmolo inmediatamente declaró vencedor a Apolo, y todos salvo Midas estuvieron de acuerdo. Éste disintió, y cuestionó la justicia del fallo. Apolo no quiso volver a sufrir tan depravado par de oídos, e hizo que se le convirtieran en orejas de burro.
Marsias Marsias era un sátiro que desafió a Apolo a un concurso de música. Había encontrado un aulos en el suelo que había tirado Atenea tras inventarlo porque hacía que sus mejillas se hinchasen. Marsias perdió y fue desollado vivo en una cueva de Frigia por su hubris (orgullo desmedido) al desafiar a un dios. Su sangre derramada se convirtió en el río Marsias.
Apolo en la cultura contemporánea Apolo apareció en un episodio de Star Trek, en el cual gobernaba su propio planeta e intentaba seducir a un miembro de la tripulación del Enterprise. Apolo apareció en la serie de libro de K. A. Applegate, Eternia.
Historias menores Cuando Zeus mató a Asclepio por resucitar a los muertos y violar el orden natural de las cosas, Apolo respondió matando a los Cíclopes. Éstos habían fabricado los rayos de Zeus, que éste había usado para matar al hijo de Apolo, Asclepio. Apolo también participó en un concurso de tocar la lira con su propio hijo, Ciniras, que se suicidó cuando perdió. En La Odisea, Odiseo y su tripulación superviviente arribó a una isla santificada a Apolo, donde éste tenía un rebaño sagrado. Aunque Odiseo avisó a sus hombres de que no debían (como Tiresias le había dicho), éstos mataron y comieron algunas vacas, por lo que Apolo destruyó el barco y mató a todos los hombres salvo Odiseo. Apolo mató a los Alóadas cuando éstos intentaban asaltar el Olimpo. Apolo dio a Orestes, a través del Oráculo de Delfos, la orden de matar a su madre, Clitemnestra, y al amante de ésta, Egisto. Orestes fue ferozmente castigado por este crimen por las Erinias. También se decía que Apolo cabalgaba a espaldas de un cisne al país de los Hiperbóreos durante los meses de invierno. Apolo transformó a Cefiso en un monstruo marino."
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